Educación ambiental en Otún Quimbaya

educación-ambiental

La necesidad de la educación ambiental

El Santuario de Fauna y Flora Otún Quimbaya en aras de fortalecer su programa de educación ambiental, viene acompañando en el país a los Programas Ambientales Escolares de diferentes entidades educativas. La Asociación Comunitaria Yarumo Blanco -organización que administra los servicios ecoturísticos del área protegida- pretende de esta forma, aportar también a la sostenibilidad del territorio y la consecución de las metas transversales propuestas por la organización.

Para alcanzar esta conciencia ecológica y ambiental, es necesario cobijar todos los medios comunicativos de la llamada cultura ambiental, persiguiendo el desarrollo sostenible, lo cual es un objetivo prioritario de toda la humanidad, para ello se exigen de nuevas estrategias, medios, recursos, aportes científicos y tecnológicos disponibles (Sandoval, 2012; Grünberg, 2014). No obstante, lo más significativo, es el hecho de fortalecer la formación y desarrollo de la conciencia ciudadana para interpretar, comprender y actuar en concordancia con la magnitud de los problemas, es decir, se trata de fomentar una nueva formación cultural que permita retomar la senda de respeto de todo lo que tenga vida, no solo la humana (González et al.2008; Sosa et al., 2010).

De igual manera, esta nueva tarea por la cultura y la educación ambiental, reclama la participación crítica y activa de individuos y grupos en torno a una visión convergente por y con la naturaleza. En este sentido, la cultura, como forma de vida y convivencia social de todos los pueblos, es incluyente de todas las disciplinas y, particularmente, de la educación. A diferentes culturas corresponden diferentes creencias, hábitos, usos, costumbres y tradiciones. Nuestros ancestros eran más conscientes y cuidadosos del ambiente; sin embargo, el consumismo y la política del menor esfuerzo fomentado por el actual modelo de desarrollo económico.

Los campamentos escolares y los PRAE

En la actualidad las niñas, niños, jóvenes y adolescentes, en el marco de su desarrollo educativo se convierten en sujetos importantes del cambio de paradigmas asociados a la preservación y conservación de los recursos naturales y pensamiento crítico y comprensivo de la realidad próxima a su hábitat a partir de la cual puedan establecer relaciones que permitan una visión de desarrollo sostenible. Frente a este propósito, es necesario promover en los estudiantes la reflexión y crítica frente a su realidad con conciencia ambiental. Es perentorio, crear espacios de participación de niños, niñas, jóvenes y adolescentes en los que puedan desarrollar competencias educativas con las cuales mejorar su capacidad crítico-reflexiva frente al entorno.

A partir de la necesidad descrita, la Corporación Autónoma Regional de Risaralda, en el marco del convenio interadministrativo 344 de 2019 adelantado entre CARDER y Secretaria de Educación Departamental, cuyo objeto corresponde: “aunar esfuerzos para adelantar acciones que propicien la apropiación social del conocimiento a través de encuentros y/o campamentos ambientales, vigencia 2019”.

Estos Campamentos Ambientales, son una respuesta a la necesidad de posibilitar escenarios donde los niños, niñas jóvenes y adolescentes encuentren aprendizajes propicios, vivenciales para la educación ambiental y en contexto para el intercambio de ideas, saberes, culturas, experiencias en torno a la educación ambiental y la participación ciudadana, en el entendido que permiten la puesta en marcha de las competencias ciudadanas de los estudiantes al compartir los espacios de vida (alimentación, alojamiento, responsabilidades, otros) necesarios en la formación de un individuo y que la sociedad de hoy demandan y que las instituciones educativas en su infraestructura no permite.

De esta manera, Yarumo Blanco establece una nueva línea de trabajo para allanar sendas de trabajo hacia la educación ambiental de las generaciones que realizarán cambios positivos por la sostenibilidad del país.

×